LA FOTO IMAGINARIA

"Imputo la inmobilid de la foto presenten a la toma pasada, y esta detención es lo que constituye la pose, ... en la foto algo se ha posado ante el pequeño agujero quedándose en él para siempre. ... En la fotografía la presencia de la cosa (en cierto momento del pasado) nunca es metafórica."
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-Roland Barthes, La Cámara Lúcida-

TODAS MIS FOTOS SON IMAGINARIAS

TODAS MIS FOTOS SON  IMAGINARIAS
Eugene Atget, Hôtel de Jassaud
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Dibujo y Pintura

domingo, 11 de julio de 2010

Julia Margaret Cameron

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Julia Margaret Cameron



La primera mujer destacada y reconocida por sus retratos fue Julia Margaret Cameron(1815, Calcuta, India -Londres- 1879, Ceilán).


Ella inició su trabajo fotográfico a los 48 años de edad. Fue autodidacta y, varios años después, admirada más por pintores y artistas que por fotógrafos, ya que éstos consideraban que su calidad era menor dado que no aprovechaba las ventajas técnicas de la cámara, como la nitidez;







pero a ella le importaba lo estético sobre lo técnico. Julia buscaba más una expresión poética que realista. Sus modelos servían para crear personajes y sensaciones.







El gusto por la poesía, la formación religiosa y la pasión por la contemplación pictórica llevaron a Julia Margaret Cameron a sintetizar estas tres actividades en los retratos que ella construía y que despreciaban los cánones fríos de la técnica de sus contemporáneos.







Ella deseaba mostrar el alma de sus personajes y si para ello era necesario sacarlos fuera de foco, con luces suaves o duras, con telas y miradas lánguidas —si para ello requería de romper con el realismo fotográfico y acercarse a las imágenes pictóricas—






así lo hacía, pues de esa manera sacaba alma a sus personajes, dotaba a la reproducción de un ambiente bíblico, poético pictórico extraordinario.



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En una época, en que la fotografía era sinónimo de hiperrealismo, Julia rompió moldes e hizo todo lo contrario: desenfoque y movimiento en sus retratos.
Si bien reconoce que lo descubrió por casualidad, lo incorporó con maestría a sus trabajos.







Las dificultades que tenían los procesos al colodión con la luz y los tiempos de exposición eran enormes, por lo que los fotógrafos solían trabajar al aire libre y con la mayor cantidad de luz posible.
Julia decidió, con buen criterio, que la luz natural era incontrolable, por su variabilidad, y por ello, para establecer un control absoluto en la iluminación de sus fotografías, las realizaba en un estudio interior.



La consecuencia era que sometía a sus improvisados modelos a toda una sesión de "tortura china" obligándoles a permanecer sin moverse durante períodos que se les antojaban eternos.
Aún así, el ligero desenfoque y el ligero movimiento de algunas de sus placas estaban servidos y constituyen un sello personal de esta artista.



Fotografías irregulares para el concepto imperante en la época.
Pero trabajadas, estudiadas y resueltas con elegancia.
Un nuevo concepto en temas de retrato.
Alegorías religiosas, pictóricas.
Científicos, criados, hijos, vecinos, todos eran enfrentados al objetivo, ataviados en algunas ocasiones con pintorescos trajes y en situaciones comprometidas para dar rienda suelta a la imaginación de Julia.





* Comentario: Ángel Luis Domínguez, Mayo de 2004




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